ANCLAJE TEÓRICO DEL CONOCIMIENTO



 CAPITULO I

ANCLAJE  TEÓRICO  DEL  CONOCIMIENTO

En la actualidad no existe una gestión socioproductiva que se  encargue de impulsar la conformación de las Organizaciones Socioproductivas contribuyendo así a la productividad de bienes y servicios fundamentado en la economía comunal y contextualizado en las exigencias tecnoculturales democratizadoras de las universidades nacionales experimentales, donde se desarrollen nuevas fuerzas productivas populares, como alternativa al modelo capitalista salvaje y que permita convertir la nación en un país potencia en lo económico para así poder alcanzar los objetivos históricos del Plan de la Patria 2013- 2019, valiéndose de nuevas formas de prácticas socioproductivas.

La Gestión Socioproductiva se define como un proceso económico, político y social que se desarrolla en la comunidad, el cual permite hacer de manera efectiva la participación popular en el desarrollo de los procesos productivos (Safonapp 2017). El desarrollo de la gestión socioproductiva se desenvuelven en un espacio determinado teniendo como objetivo fundamental la creación de nuevas relaciones sociales de producción, bajo los principios del trabajo liberador, solidaridad, control social, eficacia, eficiencia y autogestión, para posteriormente crear redes productivas que permitan llevar de manera directa al consumidor contribuyendo así a  la soberanía alimentaria del pueblo venezolano.

En el Socialismo del siglo XXI,  el accionar de las organizaciones socioproductivas deben regirse por una serie de principios y valores claramente establecidos en el Art. 4 de la Ley para el Fomento de la Economía Popular, el cual expresa la siguiente:
“Son principios y valores del modelo socio productivo comunitario y sus formas de organización comunal, la corresponsabilidad, cooperación, sustentabilidad, libertad, justicia social, solidaridad, equidad, transparencia, honestidad, igualdad, eficiencia y eficacia, contraloría social, rendición de cuentas, asociación abierta y voluntaria, gestión y participación democrática, formación y educación, respeto y fomento de las tradiciones, la diversidad cultural, articulación del trabajo en redes socio productivas, cultura ecológica y preponderancia de los intereses comunes sobre los individuales, que garantice la satisfacción de la necesidades de la comunidad, aportando la mayor suma de felicidad posible.”  
Tomando como punto de partida dichos principios y valores de la socioproductividad en nuestro país, tenemos una carta magna de igual forma que garantiza la participación de los ciudadanos y ciudadanas en la construcción del Socialismo del siglo XXI, y crea nuevos mecanismos para que esta participación sea efectiva.  En este orden de ideas es importante analizar el nivel de participación que se busca con la Revolución Bolivariana de Venezuela. La Escalera de la Participación propuesta por Geilfus (1997), muestra diferentes niveles e indica que es posible pasar secuencialmente de una pasividad casi completa de parte del ciudadano (a), hacia una situación donde este (a) asume el control del proceso como actor(a) principal de su propio desarrollo. Sus peldaños son: Pasividad, Suministro de información, Participación por consulta, Participación por incentivos, Participación funcional, Participación interactiva y finalmente  Auto-desarrollo. 
La Revolución Bolivariana al implementar un sistema democrático, participativo y protagónico, promueve la participación interactiva y el autodesarrollo de las comunidades,  ya que los grupos locales organizados participación en la formulación, implementación y evaluación de proyectos, planes y políticas (Consejos Comunales y Comunas); esto implica procesos de enseñanza y aprendizaje sistemáticos y estructurados, y en la toma de control en forma progresiva, así como toman iniciativas sin esperar intervenciones externas; las intervenciones se hacen en forma de asesoría. Los niveles inferiores de la escalera de la participación son típicos de la democracia representativa. 
El repensar en el quehacer de la gestión socioproductiva nos lleva a sus implicaciones tecnoculturales democratizadoras en el poder popular y al quehacer de los actores en sus diferentes escalas de productividad,  pues el entramado de las gestiones u organizaciones para desarrollar su propias labores no es del todo organizado lo que ha generado incertidumbres en la producción de bienes y servicios, desaciertos y hasta fracasos en el sector socioproductivo  en el marco de la economía social donde hay exigencias que son demandas por la sociedad actual quienes en sus particularidades esperan ser atendidas en todos sus requerimientos en el entorno familiar, social y hasta laboral.

Propósito General:
Contruir una teorética sobre la gestión socioproductiva contextualizada  en las exigencias tecnoculturales democratizadoras de las universidades nacionales experimentales.

Propositos Particulares.
-Reflexionar sobre los referentes teóricos de la gestión socio productiva, tecnocultura y exigencias tecnoculturales democratizadoras.
-Describir la gestión socioproductiva que desarrollan la universidad Simón  Rodríguez en el núcleo y extensiones en el estado apure.
- Interpretar las exigencias tecnoculturales democratizadoras en la cotidianidad de los actores socioproductivos.

-Generar una arquitectura teorética sobre la gestión socioproductiva contextualizada  en las exigencias tecnoculturales democratizadoras de la universidad nacional experimental Simón Rodríguez.

Justificación

Uno de los signos de nuestros días es la sociedad socioproductiva. Una sociedad signada por la posibilidad de que individuos se comuniquen, intercambien ideas, informaciones y recursos independientemente desde sus propios espacios. Las comunidades las cuales constituyen una consecuencia espontánea de la asociatividad, son indispensables para impulsar la autoayuda, para intercambiar información y conocimientos, mejorar la calidad de la producción y hasta aumentar la productividad, para compartir recursos y generar nuevas economías de escala Zabala, (2007). Han sido muchos los beneficios reconocidos por diversos especialistas en el área a las redes socio productivas, las cuales podrían constituir un terreno fértil para el desenlace de múltiples procesos innovadores en distintas empresas.

Entre las bondades de la gestión socioproductiva pueden contarse, que esta resultan una alternativa eficiente para hacer frente a gastos en compras de materia prima y a las dificultades de financiamiento, en lo concerniente al cumplimiento de las obligaciones derivadas de los incrementos en las tasas de interés sobre préstamos, especialmente para las pequeñas, medianas empresas y cooperativas entre otras.

Adicionalmente, puede comprobarse como la gestión socioproductiva ayudan a la actualización en el área tecnológica a empresas que tienen debilidades en esta materia. André y Rego, (2003) aseguran que la dimensión relacional de la matriz de desarrollo territorial, está asociada con la capacitación individual y colectiva del capital humano, con miras a la constitución de redes que proporcionan las condiciones adecuadas, para el ejercicio del empoderamiento de los actores más débiles, fortaleciendo así sus oportunidades, las cuales dependen de la capacidad de innovación y del sentido de multi pertenencia. De allí, que capacitar al capital humano amerita cambios estructurales, dirigidos a la creación de capacidades individuales y colectivas endógenas para encontrar nuevas soluciones viables a sus problemas.
Adicionalmente se plantea la incorporación de actores tales como los vinculados con el quehacer científico, tecnológico y de innovación popular, por considerar que este actor social es poseedor de conocimiento científico complejo acumulado, el cual resulta medular a los fines de avanzar en los procesos socioproductivos más intrincados y alcanzar fases de la producción más complicadas, de acuerdo a las características y necesidades productivas de cada sector productivo, ya sea en sus productos, en sus procesos, organizacionales o prestación de servicios.

De igual forma se incluyen a las comunidades en tanto que estas son la principal razón de ser de las Empresas de Producción Social quienes en su cotidianidad llevan la gestión socioproductiva, a usuarios y clientes en general como fuentes de información y de conocimiento y  posibles demandantes de innovaciones. Con ello no solo se lograría consolidar una verdadera gestión socioproductiva, sino crear y operacionalizar una tecnocultura democratizadora para la innovación en los espacios comunidad-universidad, que pueda eventualmente producir patentes colectivas de innovación, de igual manera de uso colectivo. Para ello es preciso desterrar el egoísmo e individualismo, características estas esenciales de la competitividad que promueven las rivalidades y exclusiones capitalistas.








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